«Quiero montar un proyecto personal que me genere ingreso, y así mato dos pájaros de un tiro: hago lo que me gusta y además gano dinero»
A todos nos gustaría que nuestra pasión se transformara en nuestra fuente de ingresos.
Sin embargo, creo que detrás de esta aspiración puede haber una trampa que nos perjudica. No sólo no conseguimos ese propósito, sino que ni siquiera llevamos a cabo nuestro proyecto personal – si es que lo empezamos.
La trampa es esta:
pensar directamente en un proyecto como una idea de negocio introduce elementos externos que complican mucho su realización.
Por ejemplo.
Pongamos que te gustaría poner en marcha como proyecto personal una serie de ilustraciones.
Si lo tomas simplemente como proyecto personal, lo que harías sería fijar un objetivo, unos tiempos, unos límites en los que trabajar, un plan de acción, y listo. Enseguida o casi podrías ponerte manos a la obra.
Pero si lo tomas como el germen de un negocio, o le quieres encontrar un potencial comercial, entran en juego otras preguntas.
Algunas son estas:
- ¿Gustarán mis ilustraciones lo suficiente como para que alguien esté interesado en comprarlas?
- ¿Es mi idea algo original o ya existe algo igual?
- ¿Cómo puedo promocionar y vender mi obra?
Mi obra/proyecto gustará? ¿Tiene potencial comercial?
Esta pregunta genera problemas de confianza en uno mismo, que muchas veces te pueden llevar a bloquearte o directamente a abandonar tu proyecto.
Terminas por quedarte estancado sin hacer nada, y sigues a la espera del proyecto ideal, que guste a todo el mundo y te permita unir pasión a éxito comercial.
Tu espera no terminará nunca, porque eso no va a suceder, si son tus primeros proyectos.
¿He tenido una idea original, o alguien ya ha hecho lo mismo?
Este tema daría para un artículo a parte: en realidad no es taan importante que la idea sea original. Lo importante es que lo sea su ejecución – por lo menos en parte, y que tu personalidad quede reflejada en tu proyecto.
Pero para lo que estamos hablando, entretenerse con este dilema lleva a que pierdas días en internet, buscando – y (por supuesto) encontrando 😉 – trabajos mejores de lo que tu puedes hacer. Con lo cual, además de perder el tiempo, otra vez te bloqueas, tu autoestima está por los suelos, y abandonas.
¿Cómo promocionar y vender mi obra?
A todos nos gusta fantasear con tener reconocimiento y éxito por nuestras creaciones.
No hay nada de malo en ello, pero hay que tener cuidado: tu proyecto sólo se puede desarrollar si sigues unos pasos en secuencia. Un paso a la vez. Adelantarse puede ser dañino.
¿Acaso tiene sentido perder el tiempo investigando cómo promocionar tu obra, cuando esta ni siquiera existe o no está terminada? Tu investigación es en realidad procrastinación, y te puede llevar a perder tiempo, motivación y confianza. Otra vez, corres el riesgo de abandonar tu proyecto.
El tema es que pensar en crear algo que pueda interesar a otros, y además pueda ser rentable puede llevar al bloqueo y la inacción.
Nada más fácil que ocurra eso.
El elemento económico, comercial, muchas veces es el asesino de tus proyectos.
Te lleva a la parálisis por análisis, mina tu confianza, hace mella en tu autoestima.
Hasta que no tengamos desarrollado el hábito de los proyectos personales, es un camino muchas veces equivocado.
Sin embargo, centrarse exclusivamente en el proyecto permite eliminar otros factores, como el comercial, de la ecuación.
Y eso simplifica mucho el proceso.
Sólo tenemos que pensar en lo que nos gusta a nosotros, nada más.
Por supuesto, muchas veces un proyecto personal sí puede ser el germen de una idea empresarial y llevar a la creación de una empresa o negocio rentable. Hay muchos ejemplos en ese sentido, algunos bastante célebres.
Y a todos nos gustaría ganar dinero haciendo lo que nos gusta:
Pero si estamos en un estadio donde todavía avanzar en nuestro proyecto nos resulta tarea titánica, o el proyecto se encuentra en un estado primitivo, hay que huir de ese planteamiento.
Si no tenemos todavía establecido el hábito de poner en marcha y llevar a cabo nuestros proyectos paralelos, es mejor centrarse en lograr eso: llevar a cabo de una vez nuestro «side project».
Siempre es mejor hacer una cosa a la vez, e intentar hacerla lo mejor posible.
«Si no puedes hacer cosas grandiosas, haz cosas pequeñas de una forma grandiosa». – Napoleon Hill
¿Que lo que has hecho no le gusta ni a tu pareja?
No pasa nada. Si a ti las críticas que recibes te parecen correctas, ya tienes información muy valiosa para que tu siguiente proyecto sea mejor. Eso es, si A TI te parece que las observaciones son correctas.
Si estás 100% a gusto con el resultado y recibes críticas que no consideras justas, la cosa es diferente. Simplemente esas personas pueden no ser tu público ideal, tu target. Si ellos tienen un problema con tu obra, es problema de ellos, no tuyo.
Entre estos dos caminos en realidad hay otra posibilidad: cuando las críticas son correctas, pero tu eres incapaz de verlo o de aceptarlas. Tenemos que aprender a desapegarnos un poquito de nuestra obra, sólo lo necesario para poder ser objetivos, aceptar las críticas (constructivas) por lo que son: una útil herramienta para hacerlo mejor la vez siguiente.
Si nunca acabas tu proyecto, jamás recibirás críticas, pero nunca podrás hacerlo mejor.
Antes de hacer esos proyectos tan espectaculares que encuentras por ahí y te hacen sentir vergüenza del tuyo, sus autores seguramente hicieron unos proyectos malos. Malos pero los llevaron hasta el final. Luego vinieron proyectos cada vez mejores gracias a la experiencias y al haber incorporado las mejores crítica constructivas recibidas. Hasta que finalmente consiguieron un resultado 100% satisfactorio, que dió la vuelta a internet hasta acabar en tu pantalla.
Así que sólo tienes un único camino por delante: ponte las pilas y empieza tu proyecto ya mismo!
¿Te reconoces en la situación que acabo de describir?
¿Te parece que montar un proyecto personal sin pretender ganar dinero con ello no tenga sentido, no merezca la pena o sea egocentrismo?
Estaré encantado de conocer tu experiencia y tu punto de vista.
Hola Laia, gracias por comentar!
en sí no creo que sea un peligro querer sacarle beneficio a un proyecto personal. Como bien dices, a todos nos gustaría, y no hay nada malo en ello, todo lo contrario.
El peligro sí existe cuando introducimos esa forma de pensar demasiado pronto.
En el caso de un proyecto de empresa, por supuesto, las cosas son diferentes. Octubre 2015 no es tanto tiempo atrás, así que estoy seguro que si es lo que quieres, puedes retomarlo y sacarlo adelante.
La mayoría de las veces somos nosotros que nos frenamos, por miedo al fracaso – o miedo al éxito, por procrastinar al infinito o por lo que Gloria Mendez llama «contrato emocional».
Te deseo mucha fuerza de voluntad (más importante que la suerte) para tus proyectos!
un saludo
¡Por supuesto que me sentido identificada, Luca!
Estoy completamente de acuerdo con todo lo que expones y te diré por qué:
llevo desde octubre de 2015 dándole vueltas a un proyecto emprendedor y después de haber desarrollado mi plan de empresa, de haberlo entregado e incluso presentado/expuesto oralmente, me ha venido el «bloqueo» provocado por el miedo, miedo a dar EL PASO. No importa las buenas críticas que obtuvo mi proyecto en la presentación, el hecho de que un proyecto empresarial esté ligado necesariamente a un plan económico financiero ha supuesto mi principal escollo.
Es una preocupación que induce al bloqueo porque nos genera ansiedad e inseguridad. Lo ideal y por eso te doy la razón, es despreocuparse de esos 3 ítems que has enumerado y por supuesto que montar un proyecto personal sin pretender ganar dinero suena utópico porque esconde un «peligro»: a la larga queremos sacarle algún tipo de beneficio a toda esa inversión. ¿A quién no le gustaría ganar dinero de su tiempo y de su talento?